"La indolencia es causa o compañera inseparable de ladrones, corruptos y criminales"


Los indolentes no piensan en los demás, se concentran en sí mismos. Esto les permite no sentir remordimientos, recatos ni consideraciones con otros. Así, los delincuentes son indolentes con sus víctimas. Los corruptos son insensibles al daño que ocasionan. La indolencia es causa o compañera inseparable de ladrones y criminales.
También tropezamos con los indolentes "pasivos" que se concentran en su propia existencia, ocupados en lograr sus objetivos sin "ver para los lados", aunque algunos sean arribistas y perjudiquen a otros para ellos "subir" o "ascender". Entre los indolentes pululan los fríos y calculadores y los indiferentes y apáticos. Los indolentes normalmente terminan solos y abandonados.
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